Equipaje para el 2000

Introducción

Para el cambio de siglo, el CCCB (Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona) nos encarga el proyecto de una exposición. Nos lo pensamos y dijimos que sí. Lo primero que nos preguntamos es: ¿qué hace La Cubana en una exposición? Explicar desde un espacio diferente aquello que nosotros explicamos siempre sobre la vida cotidiana; pero en este caso, usando dos lenguajes distintos: el teatral y el expositivo. Una experiencia de difícil clasificación pero interesante y positiva para La Cubana.

Idea

Finaliza un milenio. Se desvanece un siglo. Precisamente este el momento donde todo el mundo se ve obligado a hacer balances y a imaginar cómo será nuestra entrada en el 2000. Es el gesto de ése que mira hacia atrás para seguir su curso. Porque forma parte del espíritu del tiempo estar obsesionado por la velocidad, pendiente del aprovechamiento del tiempo y espoleado por la aceleración tecnológica. El tiempo es, efectivamente, un bien muy preciado en nuestra sociedad. Está presente en el pensamiento cotidiano y en las actividades del individuo contemporáneo. El mundo moderno ha inventado y difundido gran cantidad de artefactos que se encuentran directa o indirectamente, relacionados con una idea determinada del tiempo. En definitiva, nuestra cultura ha modelado una percepción del tiempo que condiciona nuestra experiencia del día a día.

Argumento

En el vestíbulo del CCCB está instalada una exposición de inventos del siglo XX (el teléfono, el bolígrafo, la televisión, las hojas de afeitar, la máquina de fotos, el avión, la nevera, la lavadora, la aspirina, las pastillas anticonceptivas, la radio, el coche, la bombilla, la cremallera, las tarjetas de crédito, los ordenadores…) y una pregunta: ¿qué invento del siglo XX se llevaría usted al 2000 si solamente pudiera llevarse uno?

El público, individualmente, escoge un invento y unas azafatas muy diligentes les entregan una maleta para emprender el viaje expositivo. Las azafatas repasan junto con el público los inventos escogidos. Han sido variopintos pero, aparte de servir para cubrir unas necesidades inmediatas, todos estos inventos fueron creados para ganar tiempo, para luchar contra el tiempo. Por lo tanto, aquello que han escogido en realidad es tiempo, la necesidad de tener tiempo. Así pues, la exposición habla del tiempo. Consiste en un recorrido, un viaje para conocer qué es el tiempo realmente. Se concibe un recorrido por diversos espacios que muestran diferentes aspectos del concepto de tiempo:

• Apresurados por el tiempo
• Todo gira alrededor del tiempo
• Ganar tiempo
• Luchar contra el tiempo (o el tiempo es dinero)
• Perder el tiempo
• Retener el tiempo
• Sufrir el tiempo
• El tiempo de mañana

Puedes ver una muestra del espectáculo aquí:

Apresurados por el tiempo

En este espacio se hace una reflexión sobre la aceleración creciente del tiempo en nuestra sociedad actual. Cada vez más vivimos prisioneros del tiempo y, en consecuencia, todos estos objetos nos facilitan ir más rápido. Todo un sinfín de objetos para medir el tiempo marcan un recorrido con un ruido infernal.

Todo gira alrededor del tiempo

Aquí un cantante recuerda temas musicales con referencias al tiempo (El tiempo pasará, Volando, Reloj no marques las horas…)

Más adelante, tres mujeres de diferentes edades hacen una reflexión sobre el tiempo: una mujer mayor que no entiende la falta actual de tiempo rechaza las prisas y defiende el ritmo natural de las cosas; un ama de casa convencional que no es consciente de la trampa del tiempo porque en realidad nunca lo ha tenido. No sabe lo que es el tiempo. Ella es la víctima irreflexiva de la cultura de la rapidez. Se somete al ritmo de una vida trepidante y se adapta a lo que le dicen que tiene que hacer, pero no para. Y una tercera mujer, es una ejecutiva agresiva que se ha integrado en la cultura de la rapidez y da un valor extraordinario al ahorro de tiempo. Cree que la tecnología ha liberado a las mujeres aunque les obligue a la doble jornada y a no tener tiempo para nada. Prefiere no ser una esclava a cambio de ser una mujer liberada.

Ganar tiempo

En una cocina gigante, las tres mujeres se mueven por encima de los mármoles y fogones explicando el tiempo que han ganado desde que tienen lavadora, frigorífico u olla a presión. Ironizan sobre el ahorro de tiempo propuesto por el marketing de los electrodomésticos. Cada una de las mujeres lo ve a su manera.

Luchar contra el tiempo (o el tiempo es dinero)

El público es conducido por elegantes azafatas a través de un finger y acomodado dentro de un avión para hacer un rápido viaje de negocios. Reciben explicaciones audiovisuales sobre la evolución del mundo laboral y del progreso de los transportes, la gestión científica del trabajo, las cadenas de montaje, la historia de los transportes, la cibernética… La conclusión es que no se puede perder tiempo y que el tiempo vale dinero. Al final, el mal tiempo (una tempestad) hace que los pasajeros tengan que volver al aeropuerto de partida.

Perder el tiempo

En medio de una habitación cuadrangular hay un signo de interrogación gigante de neón custodiado por dos guardas jurados. Pasa el tiempo y nadie dice nada. Sólo se oye la conversación de los dos vigilantes que hablan de sus cosas. Después de un rato de espera, aparece una azafata que les demuestra que están perdiendo el tiempo. A partir de ese momento se emprende un diálogo sobre lo que es perder el tiempo, una cosa muy subjetiva que depende de cada uno.

En la siguiente sala se representa un gran atasco donde se muestra, dentro de cada coche, la diversidad de actitudes ante la sensación de pérdida de tiempo: el que toma el sol, el que se echa la siesta, el que lee, el que hace punto de media, el que piensa, el que juega a los juegos de azar…

Retener el tiempo

Un fotógrafo reúne al público en una disposición adecuada y hace una fotografía (la eternización de un instante irrepetible). Se plantean las diversas maneras con que se puede retener el tiempo; por ejemplo, con el uso de la fotografía, el cine, el vídeo… y también el miedo a envejecer.

El público pasa por un pasadizo, donde por medio de imágenes audiovisuales y fotográficas, puede ver los diferentes momentos de la vida de una persona: nacimiento, primera comunión, el domingo de ramos, la jura de bandera, la boda, el primer hijo, las bodas de plata, la vejez… hasta llegar a un espacio donde en una pantalla gigante un ejecutivo hace un striptease y proclama orgulloso que quiere ser joven para siempre. Entonces se abre una tómbola donde un charlatán ofrece todo tipo de productos y servicios relacionados con el culto al propio cuerpo: productos y tratamientos estéticos varios. Regala a todo el mundo una operación de cirugía estética gratis (una careta transparente que se colocan todos).

Sufrir el tiempo

El público llega enfermo y muy excitado a una sala muy tranquila. Cincuenta divanes esperan a los cincuenta pacientes que llegan enfermos para sufrir y luchar contra el tiempo. Mientras la gente apresurada por el tiempo se sienta en la consulta del psiquiatra, éste les hace reflexionar para que se den cuenta de la rapidez con que transcurre su vida. Los relaja y los cura. Al final les da la oportunidad de conocer la causa de su enfermedad, el tiempo. Es el momento de abrir la maleta que han transportado durante todo el recorrido. En su interior hay una pequeña caja transparente vacía. Lo que verán dentro de la caja es el tiempo.

El tiempo de mañana

El último espacio es un espacio sin referencias. Un espacio donde todo es blanco. Un espacio lleno de una niebla intensa…cuya sala está presidida por un gran reloj sin agujas. Unos personajes-reloj caminan muy lentamente. El público sale de la exposición sin prisas.

Al final, la gran pregunta: ¿está seguro de llevarse tiempo para el año 2000?